Este año, el colirrojo tizón ha ocupado el nido que dejaron las golondrinas la temporada anterior, lo ha acondicionado a su gusto y ha puesto su pollada.
Es bastante confiado, así que es fácil ver cómo va acercándose al nido, volando de un lugar a otro hasta que entra y alimenta a sus crias. Los cuida con mimo y saca los excrementos del nido.